"These days there’s so much paper to fill, or digital paper to fill, that whoever writes the first few things gets cut and pasted. Whoever gets their opinion in first has all that power". Thom Yorke

"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra

"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet

"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki


domingo, 7 de mayo de 2017

"En aparente estado de ebriedad" de Jaime Bedoya


Literatura Random House. 2016. 512 pp.

En el breve, pero no por ello menos contundente, prólogo de Antonio Cisneros a la primera edición de Ay qué rico (1991), recuperado en esta edición, el desaparecido vate caracterizaba la poética de Jaime Bedoya (Lima, 1964) como “Un mundo marginal, sórdido a veces (…) Historias de la especie, fauna nuestra, viajan entre la burla y la piedad. Sarcasmo que no cede ni concede. Y sin, embargo, también algunas veces la melancolía asoma como los olores más importantes de la infancia o ese sol tristón del arenal.” Y dicha descripción atraviesa todos los textos recopilados en  este estupendo volumen, una cuantiosa muestra su producción y vigencia hasta la actualidad.


El humor es una de las principales armas que Bedoya usa a su favor para señalar y criticar de manera poco explícita pero sí más efectiva, males de nuestra sociedad a los que uno termina por ser indiferente luego de ver y oír el mismo tono sensacionalista en noticieros, diarios y redes sociales.  En muchas de las crónicas o ensayos del libro, el lector puede hallar una burla controlada que provoca la reflexión tras evadir la sensación de estar leyendo un texto con tono didáctico e indulgente. Ello se puede notar en los perfiles que no superan las tres o cuatro páginas de la sección Encuentros con hombres notables: New kids de Zarate: los mismos pero diferentes, sobre la alienación y consumismo de las últimas generaciones; en Peleador Callejero: Robert Puch ha convertido la pelea criolla en arte marcial acerca de cómo la violencia cotidiana que rodea nuestras calles puede llevar a medidas desesperadas; La entrega del Cholo, mostrando la decadencia económica y emocional de la vieja gloria del balompié peruano, Hugo Sotil, y cómo se replica en cada nueva generación de futbolistas, o Elogio de la mariconada,  un desmantelamiento de la masculinidad cavernaria.

Una mención especial merecen las columnas de la segunda sección Dennis Angulo, poeta electoral,  sobre  un poeta casmeño cuyos versos son infalibles al momento de provocar carcajadas (a pesar de las reales intenciones de Angulo) y cuyo afán de servir de lírica radiografía de la situación política y social del Perú, es tratado con oscuro sarcasmo por Bedoya quien moldea y se apropia de este personaje volviéndolo inolvidable. Mientras uno va leyendo las siguientes secciones Historias de sucesos reales y El mundo existe sin nuestra opinión, confirma que  el método  de Bedoya para inmiscuirse en las historias de los personajes e investigar los hechos que provocan o que los rodean es exhaustivo y microscópico, haciendo todo lo imposible para no dejar escapar ningún elemento importante, conociendo los hechos y biografías al detalle, hurgando las fuentes que generan las noticias y no reciclando tan solo los rumores que sobrevuelan alrededor de las mismas. Y luego de ello, proceder a descartar datos y priorizar aquello que enriquezca el texto, empleando un lenguaje distinto al que uno encuentra en los medios a diario de manera concisa e impecable. Es su posicionamiento estratégico frente a la Noticia peruana típica, llena de lugares comunes, frases trilladas y uniformidad exasperante. ¿Cómo se lidia con ello? Con inteligencia, sensibilidad y un prolijo cuidado del lenguaje, logrando piezas como Frankenpollos: Monstruosa alteración genética eufemísticamente llamada “Pollo sin plumas”  o Al jefe de Recursos Humanos de la Marca Perú sobre los excesos a los que puede llevar  una política de promoción que se aproxima al chauvinismo.

Como en toda recopilación, muchos textos se pierden frente a otros  y  me gustaría señalar en específicos los que se encuentran en la última sección  Listos para morir en los que Bedoya trata anécdotas personales,  que sin carecer de valor, no deslumbran como los de las primeras 400 páginas. Más allá de dicho reparo personal, En aparente estado de ebriedad es una obra compilatoria que conjuga entretenimiento y reflexión, desde la fina mirada literaria de lo cotidiano de Jaime Bedoya. Un antídoto frente a las repetitivas y poco logradas notas periodísticas que inundan en la actualidad, los periódicos, la televisión, la radio y las redes virtuales.



+Sobre el autor:


Estudió Literatura Hispánica en la Pontificia Universidad Católica del Perú, y llevó cursos de periodismo en París. Fue editor general del semanario Caretas. Es autor de los libros Ay qué rico (1991), Mal menor (2004), Trigo atómico (2010), Cocinas de familia (2004) y Kilómetro cero (1995), donde ha creado un género híbrido que va de la crónica periodística al ensayo más irreverente.

(Una versión de este texto aparece en el portal web "Punto y Coma")


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